El joven hoy de 18 años, tenía 6 cuando desapareció la niña, el 28 de septiembre de 2008 en un camping de Tierra del Fuego. Gracias a su declaración, la Justicia pidió la captura de un sospechoso.
Néstor tiene 18 años. Pero en 2012, aquel domingo de fines de septiembre, era un nene de seis años que jugaba con Sofía Herrera en un camping de Tierra del Fuego, sin saber que sería la última persona en verla allí y, mucho menos, que 12 años después su testimonio sería clave para que la Justicia pidiera la captura internacional de un sospechoso.
Néstor habló tres veces en la Justicia. Las primeras dos, los jueces desestimaron su versión. La tercera sirvió para que diseñaran el identikit del hombre que ahora es buscado. Néstor nunca se expresó en público hasta estos días. Con mucha timidez lo hizo ante Radio Fueguina. “Ese hombre que se la llevó estaba en la ruta y nada que ver con el camping”, repitió el joven.
La Justicia fueguina pidió días atrás a Interpol la captura internacional de José Dagoberto Díaz Aguila, apodado “Espanta la Virgen”, un jornalero de nacionalidad chilena nacido en Castro, zona de Chiloé, con DNI argentino y de 51 años de edad: se lo vincula a la desaparición de Sofía Hererra, ocurrida en Tierra del Fuego en septiembre de 2008.
La orden fue dictada por el titular del Juzgado de Instrucción N°1 de Río Grande, Daniel Césari Hernández, quien lleva adelante la investigación, y dos meses atrás había ordenado la actualización del perfil forense del rostro de la menor. La foto del posible rostro de Sofía actualmente será dada a conocer el 28 de septiembre, cuando se cumplan 12 años de la última vez que la vieron en un camping situado al sur de la ciudad.
Aquella vez, allí estaba Néstor. “Mucho no me acuerdo porque pasaron bastantes años, sobre todo por la edad que tenía. Me acuerdo que habíamos ido a un día de camping con la familia y que pasó lo que pasó: en un momento salimos a buscar leña y Sofía se había apartado, yo fui con ella y pasaron todas las cosas”, comentó Néstor a los periodistas fueguinos.
Lo que el joven vio está en el expediente que lleva Césari Hernández. A los medios, el joven contó: “La seguí y pasó lo del señor, no sé si decirle señor, pasó tal cosa y yo fui a avisar. Fui desalentado. Era muy chiquito, tenía menos conciencia que ahora. Vi algo complicado”.
Con dificultad para expresar sus sentimientos, el testigo clave admitió que convive con cierta culpa. “Cargás con mucho porque sentís como una carga de peso bastante grande porque te sentís responsable, una culpa bastante grande. Ya no se puede arreglar. Son otros tiempos y pasó lo que pasó”, reconoció.
“Con el transcurso de los años uno se va olvidando. Hay que vivir con la culpa de lo sucedido y no vivir con la mente pensando permanentemente en eso. Siempre que sale en las noticias te acordás de esos momentos malos. Le podría haber pasado a cualquiera”, contó sin dar detalles de lo que vio exactamente.
Respecto del culpable de la desaparición de Sofía, Néstor manifestó: “Espero que esta persona sea encontrada. Tantos años, tantas cosas que pasan, tantas cosas malas. Estaría bueno que lo encuentren y que se haga justicia”. Y reveló a los periodistas que comenzó a tener relación con los padres de la niña y que fue a la última marcha en reclamo de su aparición con vida.
Como la foto del sospechoso que figura en los registros internacionales es de al menos seis años atrás, el juez pidió un cotejo y proyección de rostro del sospechoso a la actualidad. De acuerdo a la información de la causa a la que pudo acceder Infobae, los peritos están trabajando desde hace una semana para envejecer los rasgos del sospechoso. “Ese envejecimientos se hace a mano, pelo por pelo, arruga por arruga, mancha por mancha. No es algo que podamos meter en un software. No se puede subir algo inexacto porque no encontrarían a nadie”, confiaron fuentes que participan de la investigación.
“Se quiere lograr tener dos o tres imágenes del mismo sospechoso con distintas caracterizaciones. Una con más pelo y otra con menos pelo, por ejemplo. Por ahora, tienen una y están trabajando contrarreloj en tener las otras dos. Una proyección lleva 20 días de trabajo, aproximadamente”, detallaron.
Desde que obtuvo su residencia en Argentina, Díaz Águila tuvo empleos en blanco en dos empresas de construcción fueguinas, entre 2012 y 2016. Y fijó domicilio en Río Grande. Además, el hombre registra una pequeña deuda de 5.000 pesos con una empresa de microcrédito.
La Justicia llegó a la imputación de Díaz Águila por dos caminos: el testimonio de un suboficial de la policía de Tierra del Fuego, que participó de los primeros rastrillajes para dar con Sofía en 2008 y por la descripción que brindó Néstor, que en ese momento era uno de los niños que estaban en el camping John Goodall (a 60 kilómetros al sur de Río Grande) donde desapareció Sofía.
“El nene nunca mintió. Dijo lo mismo el primer día y 12 años después”, dijeron los investigadores a este medio.
Incluso, cuestionaron que no se haya hecho hincapié en la mención de “un auto gris” en el relato del niño. “El nene mencionó un VW Gol gris de tres puertas. Dijo que en su interior había un perro boxer. Él estaba con Sofia juntando leña cuando vio que un hombre feo se acerca a ella, la agarra y la carga en el auto donde había otra persona”, remarcaron las fuentes consultadas.
“Puede ser una de las últimas oportunidades, estoy más grande, más consciente, puede ser. Pero me acuerdo poco y nada. Trato de no pensar continuamente porque es una carga muy grande. Fui muchas veces al camping y trataba de no pensar en eso”, contó, visiblemente conmovido, Néstor, el niño que ahora es un adulto y, quizá, pueda tener la llave para destrabar un oscuro misterio que está a punto de cumplir 12 años.