BS AS, 5 DE JULIO 2025.- En la primera mitad de 2025, 63 personas en situación de calle murieron en distintas provincias del país. No es un accidente, no es una estadística más: es el síntoma brutal de un modelo que expulsa, descarta y después calla. Doce de esas muertes ocurrieron en los últimos dos meses, cuando el frío se volvió intolerable y el abandono, letal.
El dato no proviene del Estado. Lo levantaron organizaciones sociales e investigadores de la Universidad de Buenos Aires, que vienen hace años relevando las muertes y vulneraciones que sufre la población en situación de calle. Los autores del trabajo son la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle y el grupo de investigación “Sociabilidades por los Márgenes”, del área de Psicología Social de la UBA.
La cifra expone una vez más lo que el Gobierno nacional no quiere ver —o directamente oculta—: la calle no es una elección, es una condena social. Y en la Argentina de 2025, esa condena puede terminar en la muerte.
Distribución territorial: un drama federal
Las muertes ocurrieron en al menos nueve provincias argentinas: Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Mendoza, San Luis, Río Negro, Salta, Jujuy, Neuquén y Tucumán.
Entre mayo y junio murieron 12 personas por causas asociadas al frío. Hubo 3 en CABA, 3 en Buenos Aires, 3 en Mendoza y 1 en San Luis, Salta, Río Negro y Neuquén respectivamente.
El dato forma parte de la cuarta edición del Registro Único de Violencias (RUV), que se presentará oficialmente el próximo 19 de agosto. En 2024, este mismo relevamiento había registrado 135 muertes en todo el país. Es decir: la tragedia no solo se mantiene, sino que se vuelve sistemática.
Sin techo, sin comida, sin atención: la intemperie total
Jorgelina Di Iorio, doctora en Psicología e investigadora del CONICET, explicó que la publicación anticipada del informe busca forzar una reacción pública y política: “Estas muertes no son solo producto del invierno”, advirtió. “Cualquier situación adversa puede resultar fatal para alguien que vive en la calle: una infección, una herida, el hambre o la deshidratación.”
La falta de vivienda, comida y atención médica convierte a cada día en una amenaza para quienes sobreviven a la intemperie. Las temperaturas bajas agravan el cuadro, pero el origen del problema es estructural: la falta total de políticas integrales de cuidado.
Un Estado ausente, una sociedad que no puede acostumbrarse
El equipo de investigación trabaja con un doble sistema: monitoreo de medios digitales y articulación con organizaciones de base, que verifican los fallecimientos no registrados por la prensa. Muchos casos ni siquiera llegan a los diarios. Pero están ahí, en el mapa silencioso de un país que expulsa y olvida.
Hoy no hay plan nacional de vivienda de emergencia. No hay políticas federales de contención real. Y lo que es peor: hay una narrativa que culpa a los pobres de su situación, como si dormir en la calle fuera una elección.
En seis meses, 63 personas murieron en la Argentina por vivir en la calle. Esa es la verdad incómoda. Y no hay marketing ni relato que la tape.