2 de marzo 2021
El caso de la niña M no solo nos muestra 7 años de abuso revelados tras un secuestro y rescate de una pequeña niña; 7 años de constante maltrato a su psiquis y su cuerpo físico. ¿Cómo es posible
quedarnos en silencio después de semejantes hallazgos?
El caso de esta pequeña no es uno aislado, lamentablemente. Es uno más de tantos que día a tía ocurren y que conocidos o no, dejan una huella profunda, imborrable y dolorosa de trauma en la vida de quien atraviesa estas situaciones.
La diferencia es que hoy, este caso es público y manejamos esta información de manera abierta, con lo cual, me pregunto ¿Vuelve a ser la misma tu vida una vez que sabes que esto es lo que ocurre con alguien dentro del seno de su familia? Donde se supone debe ser cuidada, protegida y
orientada para poder salvaguardarse. Y voy más allá: ¿Podemos dormir tranquilos y tranquilas sabiendo que esta pequeña fue reubicada en el lugar donde se le ha estado ultrajando?
Más allá de las condiciones de vida de esta familia, existe una profunda negligencia hacia la crianza, que lamentablemente ha devenido en abuso sexual, físico y psicológico, y eso no es gracias a los recursos económicos que puedan o no tener.
Este tipo de abusos es reflejo del desconocimiento acerca de la crianza y las consecuencias de este tipo de situaciones en la mente en formación. Esta nena necesita atención psicológica, necesita cuidados y sobre todo necesita que NO NOS OLVIDEMOS DE ELLA Y SU SITUACIÓN.
No dejemos de lado esta situación una vez que deje de ser mediático, porque la vida de esta niña va a continuar sobre estas bases no sólidas; y como mencioné antes no es un problema aislado; es una situación constante y de todos los días en nenas y nenes de todo el mundo.
El silencio es un arma para quienes arremeten contra la integridad de los demás, y
lamentablemente nos aleja de atacar estas situaciones, ya que en lugar de visibilizar nuestra lucha nos deja en un lugar pasivo, de poca acción y de indiferencia que no nos conviene y mucho menos a quienes son y han sido victimas de esta situación.
Esta pequeña es una sobreviviente de abuso sexual perpetuado, y si disfrazamos esta realidad estamos lejos de ayudarla. Desde ALAVI repudiamos profundamente su situación y alzamos la voz por ella, con la intención de continuar generando consciencia de esta problemática. No se trata de únicamente visibilizar que la encontraron a salvo; se trata además de preguntarnos
¿Qué haremos ahora para que ella siga a salvo y comience a sanar?
ALAVI
